martes, 19 de noviembre de 2013

Histología del Aparato Respiratorio

El Epitelio Respiratorio.

El epitelio respiratorio típico consta  de  seis tipos de células; de ellas el tipo más abundante  es la célula cilíndrica ciliada. Cada una posee cerca de 300 cilios en una superficie apical, posee gran cantidad de mitocondrias para facilitar su movimiento y por ende desarrollar su trabajo que es el de ayudar a desplazar moco y elementos extraños que ingresen a las vías respiratorias.
En segundo lugar encontramos las células caliciformes,  que son las encargadas de secretar moco, la porción apical de ésta células posee múltiples inclusiones de moco, rico en polisacáridos.
Células en cepillo, son células cilíndricas, que poseen a nivel apical un gran número de microbellocidades, hay dos tipos de ellas, unas  poseen una apariencia inmadura lo cual hace pensar que representan una reserva para sustituir las células caliciformes y ciliadas que han cumplido su ciclo, y el otro tipo que presenta expansiones en su base y son consideradas como receptores sensoriales.
Células basales  son pequeñas y redondas, descansan sobre una lámina basal y no se extienden, se multiplican continuamente y son las encargadas de dividirse por mitosis para dar origen a las demás células que hacen parte del epitelio respiratorio.
Finalmente encontramos las células granulosas que se parecen a las basales, pero poseen gran número de gránulos, son endocrinas que actúan como efectoras en la integración de las secreciones mucosa y serosa.

Células Endoteliales

Neumocitos Tipo I: Conocido también como célula  epitelial de revestimiento, presenta núcleo aplanado con una ligera protuberancia hacia el interior del alvéolo. La principal barrera contra el paso de moléculas de la circulación sanguínea hacia los alvéolos están constituidas por las uniones con los neumocitos Tipo I.
Neumocitos Tipo II: Conocidos también como células septales, son menos frecuentes que los de tipo I, secretan un producto rico en fosfolípidos, proteínas y glucosaminoglucanos que forman una fina capa en el alvéolo que se conoce como surfactante pulmonar.


Junqueira, L.C. Et al. Histología básica, texto y atlas. Barcelona. 2000. edición Editorial Masson


Junqueira, L.C. Et al. Histología básica, texto y atlas. Barcelona. 2000. edición Editorial Masson.



Junqueira, L.C. Et al. Histología básica, texto y atlas. Barcelona. 2000. edición Editorial Masson.



Junqueira, L.C. Et al. Histología básica, texto y atlas. Barcelona. 2000. edición Editorial Masson.




Junqueira, L.C. Et al. Histología básica, texto y atlas. Barcelona. 2000. edición Editorial Masson


bibliográficas:

1) Histología - Michael H.Ross, Wojciech Pawlina
2) Atlas de histologia Leslie P. Gartner, James L. Hiatt, Jorge Oriozaga Samperio

viernes, 4 de octubre de 2013

Aparato Respiratorio

En los procesos metabólicos, todas las células del cuerpo consumen oxigeno en el proceso de oxidación para obtener energía y liberar dióxido de carbono que debe ser eliminado,La mayoría de las células de nuestro organismo requieren un suministro continuó de oxígeno para poder funcionar, de hecho, si las células del encéfalo humano permanecen sin oxígeno más de cuatro minutos, pueden quedar dañadas irreversiblemente e incluso morir.

miércoles, 2 de octubre de 2013

El aparato respiratorio

ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DEL APARATO RESPIRATORIO.

En los procesos metabólicos, todas las células del cuerpo consumen oxígeno en el proceso de oxidación, para obtener energía y liberar dióxido de carbono, que debe ser eliminado. El sistema respiratorio abastece a las estructuras encargadas de incorporar oxígeno a la sangre y retirar y expulsar al exterior el dióxido de carbono. La mayoría de las células de nuestro organismo requieren un suministro contínuo de oxígeno para poder funcionar. De hecho, si las células del encéfalo humano permanecen sin oxígeno más de cuatro minutos, pueden quedar dañadas irreversiblemente e incluso morir.

Entendemos por respiración a todo el proceso de intercambio de gases. Consta de tres grandes fases:

•Ventilación pulmonar: inspiración o entrada de aire a los pulmones y espiración o expulsión 
del aire de los pulmones.

•Respiración externa: intercambio de gases entre los pulmones y la sangre.

•Respiración interna (o tisular, o celular): intercambio de gases entre las células de los tejidos 
y la sangre.


Órganos respiratorios. 

Divisiones del aparato respiratorio.

Consta de las siguientes partes:

•Aparato respiratorio superior: constituido por nariz, faringe y estructuras accesorias.
•Aparato respiratorio inferior: constituido por laringe, tráquea, bronquios y pulmones


Otra opción es clasificar en dos grandes partes:

•Vías respiratorias.
•Pulmones.


Estructuras del aparato respiratorio.

Nariz: Tiene una porción externa y una porción interna, entre los huesos de la cara. La porción externa está dividida en dos orificios nasales. La interna es una gran cavidad, dividida en dos partes y situada sobre la boca. Se une a la faringe por dos orificios denominados coanas. La nariz es la encargada de calentar, humidificar y filtrar el aire. Además, recibe los estímulos olfatorios. Y modifica los sonidos que emitimos.

Faringe: tubo con forma de embudo, de unos trece centímetros y que se extiende desde la nariz hasta el cartílago cricoides, que es la parte superior de la laringe. Tiene tres partes. Por un lado está la zona situada tras la nariz, hasta donde llegan los orificios de la trompa de Eustaquio y denominado nasofaringe. Una zona media, situada tras la cavidad bucal, con la que se comunica y denominada orofaringe. Esta zona es común al respiratorio y al digestivo. La porción inferior es la hipofaringe, que se comunica con la laringe.

Laringe: es un corto pasaje que comunica la faringe con la tráquea. Está formado por nueve piezas de cartílago. Entre ellas destacan el cartílago tiroides, que constituye la nuez de Adán y la epiglotis, que funciona como una trampilla, de forma que cuando comemos, la epiglotis se eleva y deja bajar la comida, evitando que pase a la glotis y por lo tanto a las vías respiratorias. En la laringe se encuentran también las cuerdas vocales.

Tráquea: conducto de alrededor de doce centímetros de largo y dos centímetros y medio de diámetro. Se encuentra por delante del esófago y va desde la laringe hasta una zona, situada aproximadamente a la altura de la quinta vértebra dorsal, donde se divide en dos bronquios primarios o principales. Posee entre quince y veinte anillos de cartílago incompletos, que evitan que se colapse o cierre cuando el aire entre y sale (el juego de presiones tendería a cerrar el tubo).

Bronquios: la tráquea se divide en dos bronquios, derecho e izquierdo y cada uno de los dos se dirigirá hacia un pulmón. Al penetrar en los pulmones, los bronquios se dividen y forman los bronquios secundarios. Estos se ramifican de nuevo y dan lugar a los bronquios terciarios. La siguiente división ya dará lugar a los bronquiolos. Los bronquiolos siguen sufriendo divisiones sucesivas. Al final, habrá un total de 16 divisiones. Hasta los bronquiolos, el aire no sirve para respirar, ya que no hay alvéolos en los que tengan lugar los intercambios. Este espacio de aire supone alrededor de 150 mililitros.

Pulmones: órganos de forma más o menos cónica, colocados en la cavidad torácica y separados por el corazón y el mediastino. Cada uno de ellos se encuentra recubierto por dos membranas. Una externa, unida a la pared torácica y denominada pleura parietal. Y una interna, unida directamente a los pulmones y denominada pleura visceral. Entre ambas se encuentra un líquido lubricante, denominado líquido pleural. Los pulmones tienen una forma vagamente cónica, siendo más anchos por la parte de abajo, denominada base, y teniendo una parte superior más estrecha denominada vértice. Existe una zona por donde entran y salen los bronquios y vasos sanguíneos, denominado hilio. El pulmón derecho es más grande que el izquierdo, ya que este último tiene un hueco que ocupa el corazón. Sin embargo, el izquierdo es más largo, llega hasta zonas más inferiores, ya que el derecho tiene, debajo del diafragma, al hígado. Los pulmones están surcados por fisuras que dividen al pulmón en lóbulos. El izquierdo tiene una fisura oblicua que divide al pulmón en dos lóbulos, el inferior y el 
superior. El derecho posee dos fisuras, que dividen al pulmón en tres lóbulos, superior, medio e inferior. Es en los pulmones donde los bronquios van sufriendo sus sucesivas divisiones y estas divisiones van penetrando en subdivisiones del pulmón, denominados lobulillos. Al final de las divisiones, dentro de los lobulillos, están los sacos alveolares. Estos tienen en su interior dos o tres alvéolos pulmonares. En los alvéolos, que están recubiertos por capilares, es donde llega el aire y se intercambian oxígeno y dióxido de carbono con la sangre.





Esquema del aparato respiratorio.


Fisiología de la respiración.

Por una parte, debemos analizar el proceso de entrada y salida de aire de los pulmones, es decir, la ventilación pulmonar. Y por otro, el proceso de intercambio que tiene lugar en los alvéolos pulmonares.

Ventilación pulmonar.

Es el proceso para llenar los alvéolos de aire proveniente del exterior y posteriormente expulsarlo. Es un juego de presiones. El pulmón tiene una cierta capacidad de distensión, puede aumentar su volumen, y de elasticidad, recuperando su volumen inicial. La entrada de aire se denomina inspiración. Se basa en la expansión de los pulmones. Se basa en la contracción de los músculos respiratorios, es decir, el diafragma y los músculos intercostales. El más importante es el diafragma, que cambia su forma convexa, aplanándose. También colaboran los músculos intercostales externos, que elevan las costillas. Con todo ello conseguimos que aumente el volumen de los pulmones, empujado por la expansión de la caja torácica (la pleura visceral y parietal están pegadas una a la otra gracias a la elevada presión a la que se encuentra el líquido pleural). Al aumentar el volumen de los pulmones, la presión en su interior baja y el aire penetra.


La expulsión del aire se denomina espiración. La espiración normal no requiere esfuerzo, no precisa contracción muscular alguna. Las fibras elásticas del pulmón y el peso de la caja torácica hacen que este recupere su volumen original. Al disminuir este volumen, la presión interior aumenta y el aire es expulsado al exterior. Sin embargo, algunos músculos, como los intercostales internos y los abdominales, pueden forzar el proceso de espiración, provocando que los pulmones reduzcan su volumen más deprisa, aumentando la presión a mayor velocidad y expulsándose el aire con mayor fuerza y velocidad. Es lo que se denomina espiración forzada.

Referencias bibliográficas:

1) http://www.elmodernoprometeo.es/Sitio_web/Anatomia_files/respiratorio.pdf
2)http://dieteticaieselgetares.files.wordpress.com/2013/02/tema-61.pd
3)http://med.unne.edu.ar/enfermeria/catedras/fisio/2011/016.pdf
4)http://prodanimal.fagro.edu.uy/cursos/AFA/TEORICOS/06a%20%20Anatomia%20y%20fisiologia%20del%20aparato%20respiratorio.pdf
5)http://www.insht.es/InshtWeb/Contenidos/Documentacion/TextosOnline/EnciclopediaOIT/tomo1/10.pdf
6)http://medicina.unmsm.edu.pe/publicaiones_online/LIBRO%20HISTOLOGIA/aparato%20respiratorio%20capitulo%2013.pdf